sábado, 28 de mayo de 2016

Presentación del Libro "El futuro a debate"







AUGUSTO PEREZ LINDO
UNTREF. 23 de mayo de 2016. 18.30 hs.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO “El futuro a debate. Respuestas prospectivas y estratégicas ante la incertidumbre global”, de Tomás Miklos y Margarita Arroyo (coordinadores), Editorial Limusa, México, 2016

Interpretar el presente de resulta arriesgado. Más arriesgado aún es pensar el futuro.  Por eso este libro que presentamos constituye un aporte difícil de encontrar. Tomás Miklos y Margarita Arroyo, coordinadores del libro que hoy presentamos no se acobardaron frente al desafío y reunieron  una serie de especialistas para escribir sobre  teorías, metodologías y experiencias prospectivas.
En Argentina solo conozco un núcleo de estudio sobre prospectiva regional que se encuentra en la Universidad Nacional de Cuyo. En distintas entidades públicas y privadas existen algunas experiencias. Eduardo Balbi, redactor de uno de los capítulos del libro, revisa con espíritu crítico el estado de la cultura prospectiva en América Latina llegando a conclusiones escépticas. Destaca entre otras cosas: “la ausencia de conductas de pensamiento y diseño de infraestructura para lograr una suficiente anticipación estratégica” (p.149) En suma, prevalecen las conducta reactivas que atienden las coyunturas y se descartan las actitudes proactivas, anticipatorias. Todo lo cual conduce inevitablemente a un divorcio entre la toma de decisiones y el planeamiento estratégico.
Balbi nos recuerda una frase de Charles Kettering: debemos preocuparnos por el futuro, pues allí es donde pasaremos el resto de nuestra vida”. Con menos inclinación literaria en el siglo XIX Augusto Comte, creador del positivismo, y Carlos Marx, teórico del comunismo, colocaron la visión prospectiva en el nacimiento de las ciencias sociales. Es a partir de ellos y de Saint-Simon que  las sociedades modernas se reconocen como tales porque afirman que los actores sociales pueden anticipar o planificar procesos que definen su futuro. Esto se convirtió en una de las características de la modernidad.
En la primera parte del libro encontramos varios ensayos sobre teoría y método de la prospectiva. Antonio Concheiro de México nos brinda una visión crítica sobre las posibilidades de la prospectiva. José Mojica de Colombia nos sugiere dejar de padecer el futuro para hacernos cargo de él construyéndolo. En efecto, casi siempre estamos esperando en América Latina el futuro amenazante y rara vez estamos valorando nuestras capacidades para ofrecer respuestas hacia el futuro.
Tal vez por eso tiene sentido la reflexión de Guillermina Buena Paz , de México, al presentar su trabajo: “Pensamiento anticipatorio: el futuro se construye primero en la mente”. En la misma dirección Julio Millán Bojalil, de México, hace una reflexión prospectiva en cuanto a la globalización de las conductas.
Desde España, Enric Bas nos ofrece un método para la innovación social, que enmarca en el concepto de “prospectiva participativa en contexto”.
En la segunda parte otro español, Manuel Martin Serrano, nos propone tres nuevos modos de investigar la visión del mundo. Mario Guilló, también de España, relata un estudio de prospectiva participativa tomando en cuenta las imágenes del futuro de estudiantes de Finlandia, Taiwán y España.
La experiencia del Instituto de Prospectiva, Innovación y Gestión del Conocimiento  presentada por Javier Medina Vázquez y Ana María Jaramillo, ambos de la Universidad del Valle, me parece una de las contribuciones más interesantes porque muestra lo que significa adoptar una visión de futuro cooperando entre la universidad , el Gobierno y las empresas en Colombia. El detalle de los procesos de organización de los proyectos y el análisis de resultados constituyen una guía para las universidades de América Latina que desean emprender estrategias semejantes.
Germán Escorcia en “Economías emergentes y ejes de talento” relato como el PROMÉXICO un organismos del gobierno de México desarrollaron programas para el desarrollo, retención y exportación de talentos. Para diseñar estrategias tuvieron que identificar las tendencias prospectivas en el plano nacional e internacional. ¿Cuáles serán los desafíos hacia el 2050? Explorar la formación de talentos necesarios para abordar el futuro resulta una tarea al mismo apasionante y problemática.
Hay que tener en cuenta el comportamiento de los organismos del Estado y  de las empresas. Hay que contar con las universidades para formar especialistas en temas estratégicos. Y algo de lo que no se suele hablar: como programar la exportación de talentos. La vecindad de México con Estados Unidos hace el flujo de recursos humanos forme parte de la economía y de la realidad social. Pero en otras escalas todos los países latinoamericanos padecen el “brain-drain” y la emigración de talentos. El trabajo de Germán Escorcia explora también el desarrollo de economías emergentes en función de las innovaciones hacia el futuro.
Claudio Rama y Lydia Garrido nos trasladan al Uruguay para preguntarse como construyen las visiones de futuro los universitarios de ese país. Para abordar el tema los autores nos proponen elucidar el concepto de “futuros”, las distintas maneras de enunciarlo y las teorías que suponen.
A partir de una primera elucidación epistemológica la cuestión es saber como piensan el futuro los dirigentes de las universidades uruguayas. Lo cual a su vez lleva a preguntarse por los legados, por las herencias del pasado: la tradición de la reforma universitaria de 1928, el iluminismo, el posmodernismo. Saber quiénes se ocupan de estudiar el futuro es otro aspecto importante. Se reconoce el peso de las estructuras tradicionales, aunque surgieron diversos núcleos universitarios preocupados con el estudio del futuro.
Los autores se preguntan : “?Cómo imaginar nuevos futuros posibles despegados de la proyección o reiteración de “pasados que ya fueron” o de un “más de lo mismo”? Es necesario aprender nuevos marcos epistémicos desde donde mirar el futuro y construir nuevas estrategias” p.443
El artículo “Conocimiento y futuro” me pertenece y allí me propongo reflexionar sobre los alcances de las proyecciones que podemos hacer en el campo de los procesos educativos y la sociedad. Tomo el caso de Argentina y algunos estudios sobre el país que verifican o refutan la correspondencia entre proyectos del pasado y los resultados hasta nuestros días. Esta constatación es muy importante para relativizar la afirmación todavía frecuente de que el crecimiento económico y las desigualdades pueden resolver mediante políticas de escolarización. Esta tesis ha sido defendida por teóricos del capital humano, por desarrollistas, por liberales y marxistas. Destaquemos que durante décadas Argentina tuvo entre 1930 – 1970 una tasa de escolarización superior por encima de la media de Europa Occidental y sin embargo no pudo salir del subdesarrollo porque no supo aprovechar su capital intelectual mediante un proyecto de desarrollo inteligente. Para que el conocimiento se convierta en acción y en resultados necesitamos mucha coherencia institucional, algo que a la Argentina le cuesta conquistar.
Axel Didriksson analiza las tendencias de integración regional de la Educación Superior en la perspectiva del futuro de la UNASUR. El autor hace un balance y diagnóstico de la educación superior en América Latina. Señala el crecimiento de la escolarización y de las instituciones, con tendencia a la privatización y la mercantilización de los servicios educativos en varios países. Indica también que si bien mejoró la articulación de las universidades con las industrias y empresas, estas experiencias son limitadas. Las carreras se concentran en las áreas de ciencias sociales y hay déficit en ciencias e ingeniería. La transformación de la educación superior está pendiente.
En cuanto a los procesos de integración universitaria regional Didriksson destaca el avance de nuevas asociaciones y de programas de cooperación académica y científica. Por último, el autor describe los pasos que ha dado la UNASUR para favorecer la integración de la educación superior regional.
Edgar Jiménez Cabrera (Bolivia) analiza “La prospectiva y la gestión gubernamental en América Latina”. El autor, de la universidad Iberoamericana de Bolivia realiza una síntesis de las teorías prospectivas y de los diagnósticos para América Latina, resaltando la importancia de la transformación del Estado y de la adopción de un modelo de desarrollo con uso intensivo del conocimiento.
Rafael Serrano y Diego Suárez  de México nos hablan de “Una democracia sustantiva e incluyente para México. El porvenir de una ilusión y la ilusión del porvenir. “ El intento de estos autores se vincula nada menos que con el cambio histórico en México tensionado entre otras cosas por visiones pesimistas y por visiones utópicas que no alcanzan a expresar plenamente las posibilidades del país.
Se trata de un texto dramático y lleno de testimonios históricos, sociales, culturales donde se patentiza la crisis contemporánea y el destino del pueblo mexicano en busca de una democracia inclusiva a pesar de las graves contradicciones en las que vive. En tierra mexicana, como en otras partes, se viven situaciones radicales, profundas, donde las cifras de homicidios, de pobreza, de marginación resultan abominables. Y sin embargo se trata de una potencia económica con más de 120 millones de habitantes, con recursos naturales e inversiones significativas. ¿Cómo prepararse, como luchar para construir una sociedad y una democracia inclusiva? Esta es una visión dramática de la prospectiva en tanto herramienta para repensar el presente y el futuro.
Los autores asocian permanentemente la memoria del pasado con la proyección del futuro y nos hace recordar “El laberinto de la soledad” de Octavio Paz. Podemos resumir la idea en esta frase: memoria del futuro, la historia por venir. La prospectiva de los autores se asocia con la esperanza, con la búsqueda desesperada de un destino más feliz para los pueblos de México.
Nos encontramos pues ante un libro que resume muchas ideas de Iberoamérica sobre el futuro de la sociedad y de las universidades. Encontraremos en él algunas teorías, métodos y experiencias. Por sobre todo, lo que me impresionó  fue constatar la desgarradora lucidez con que la mayoría de los analistas ven la construcción de los futuros de América Latina. Nadie garantiza nada. Transitamos caminos de incertidumbres, en la región y en el mundo. Pero descifrar, entender, las tendencias, los peligros, las posibilidades, y tener propósitos claros puede resultar decisivo en estos momentos inciertos.
Otro aspecto importante: ¿hasta donde las sociedades de América Latina están sintiendo la necesidad de inventar su futuro.?  En algunos países el trasfondo histórico es lo que configura el horizonte del futuro deseable. En otros países es un presente lleno de dramas y contradicciones lo que vuelve imperiosa la búsqueda de alternativas diferentes. Lo curioso es que las universidades, que son usinas de información y conocimientos para el futuro, tienen muy poco interés en estudios prospectivos.
Desde un punto de vista académico casi todos los autores convocados ofrecen conceptos, teorías y escenarios sobre el futuro. Pero nadie elude la incertidumbre, nadie se anima a anticipar, como lo hicieron los fundadores de las ciencias sociales a principios del siglo XIX, las características del futuro.  El siglo XX ha sido pródigo en la demolición de las ilusiones sobre el porvenir, aunque también estuvo inundado de ilusiones, de promesas y revoluciones.
Desde el punto de vista socio-políticos todos los autores manifiestan su escepticismo respecto al comportamiento de las clases dirigentes en cuanto a su capacidad o voluntad para pensar y programar un futuro con lucidez.  
De lo que deduzco que tal vez el desafío más grande que enfrenta la prospectiva en nuestros países es el desinterés que existe respecto a la necesidad de prever futuros deseables para las nuevas generaciones. Normalmente vivimos en la coyuntura en medio de crisis y desequilibrios.
Si los usos del conocimiento, como dicen muchos analistas, está determinando el futuro del planeta y de la humanidad, entonces resulta extraño que en las universidades  
Algunos pensarán que por eso no podemos planificar ni prever el futuro. Al contrario, justamente por eso necesitamos trascender las contradicciones del presente para autodeterminarnos hacia el futuro.
Ni los individuos ni los pueblos pueden vivir sin proyectos. Es decir, sí, hay muchos que viven sin proyectos, pero entonces aceptan que los actores dominantes les marquen el camino y el destino. Esta se llama alienación, heteronomía. El pensamiento prospectivo nos vincula por un lado con la voluntad de lograr la autodeterminación y por el otro lado con el deseo de construir un mundo de bienestar, de buen vivir.
Sin una visión prospectiva siempre viviremos en las coyunturas. Y contrariando a Keynes cabría decir que “a corto plazo todos estamos muertos”. Trascender nuestro presente es lo que nos permite vivir con esperanzas, es lo que nos permite vivir porque la vida es un proyecto.
La prospectiva en Argentina y en América Latina es como esos brotes que resurgen en las montañas luego de un incendio. Es el signo de una voluntad de vida que se afirma pese a todas las catástrofes. Lo que podemos decir finalmente de este libro es que nos convoca a apropiarnos de nuestros futuros. Sus reflexiones nos animan a tomar el camino de los que pese a todos los obstáculos siguen pensando que crear un mundo a la medida de las necesidades humanas es posible.







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